Rusia ha propuesto negociar acuerdos de seguridad respecto a Ucrania desde 2008, pero EE.UU. ha rechazado todas las ofertas, priorizando la expansión de la OTAN para debilitar a Rusia. Este enfoque ha devastado a Ucrania, con miles de muertos y un alto riesgo nuclear. Rusia propone neutralidad ucraniana, protección de rusohablantes y reconocimiento territorial. Es urgente que EE.UU. negocie para evitar más tragedias.***
Rusia ha propuesto negociar 5 veces desde 2008; todas rechazadas por EE.UU.
La estrategia de EE.UU. busca debilitar a Rusia mediante la expansión de la OTAN.
El conflicto ha devastado a Ucrania, con cientos de miles de muertos y riesgo nuclear.
Rusia propone neutralidad de Ucrania y reconocimiento de territorios; urge dialogar.
Artículo original del Profesor Jeffrey Sachs traducido al Español para DiarioBitcoin
¡Por el amor de Dios, negocien!
Por quinta vez desde 2008, Rusia ha propuesto negociar con EE.UU. sobre acuerdos de seguridad. Esta vez, fue el presidente Vladimir Putin quien hizo la propuesta el 14 de junio de 2024. En cuatro ocasiones anteriores, EE.UU. rechazó las ofertas de negociación en favor de una estrategia neoconservadora para debilitar o desmantelar a Rusia mediante la guerra y operaciones encubiertas. Estas tácticas han fallado catastróficamente, devastando a Ucrania en el proceso y poniendo en peligro al mundo entero. Después de tanto belicismo, es hora de que Biden abra negociaciones de paz con Rusia.
Desde el final de la Guerra Fría, la gran estrategia de EE.UU. ha sido debilitar a Rusia. Ya en 1992, el entonces secretario de Defensa Richard Cheney opinó que, tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, Rusia también debía ser desmembrada. Zbigniew Brzezinski, en 1997, sugirió que Rusia debería dividirse en tres entidades confederadas: Rusia europea, Siberia y el Lejano Oriente. En 1999, la OTAN, liderada por EE.UU., bombardeó a Serbia, aliada de Rusia, durante 78 días para dividirla e instalar una enorme base militar en Kosovo. Líderes del complejo militar-industrial estadounidense apoyaron fervientemente la guerra chechena contra Rusia a principios de la década de 2000.
Para asegurar estos avances contra Rusia, Washington impulsó agresivamente la expansión de la OTAN, a pesar de haber prometido a Mijaíl Gorbachov y Boris Yeltsin que la OTAN no avanzaría “ni una pulgada” hacia el este desde Alemania. Particularmente, EE.UU. promovió la ampliación de la OTAN hacia Ucrania y Georgia, con el objetivo de rodear la flota naval rusa en Sebastopol, Crimea, con estados miembros de la OTAN: Ucrania, Rumania, Bulgaria, Turquía y Georgia, una estrategia tomada del Imperio Británico en la Guerra de Crimea (1853-1856).
En 1997, Brzezinski estableció una cronología de ampliación de la OTAN que incluía la membresía de Ucrania entre 2005 y 2010. En la Cumbre de Bucarest de 2008, EE.UU. propuso oficialmente la membresía de Ucrania y Georgia en la OTAN. Para 2020, la OTAN se había ampliado a 14 países más en Europa Central, Europa del Este y la antigua Unión Soviética, mientras prometía futura membresía a Ucrania y Georgia.
En este contexto, líderes rusos han propuesto repetidamente negociar acuerdos de seguridad con Europa y EE.UU. que brinden seguridad para todos los países involucrados, no solo para el bloque de la OTAN. Siguiendo el plan neoconservador, EE.UU. ha rechazado estas propuestas, culpando a Rusia por la falta de negociaciones.
En junio de 2008, mientras EE.UU. preparaba la expansión de la OTAN hacia Ucrania y Georgia, el presidente ruso Dmitri Medvédev propuso un Tratado de Seguridad Europea, llamando a la seguridad colectiva y al fin del unilateralismo de la OTAN. EE.UU. mostró cero interés y continuó con sus planes de expansión.
En 2014, tras el derrocamiento violento del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich con la activa complicidad de EE.UU., Putin propuso negociaciones de paz. Esto condujo al Acuerdo de Minsk II en 2015, basado en la autonomía del Donbás y el cese de la violencia. Sin embargo, años después, Angela Merkel reveló que el acuerdo fue tratado como una táctica para “dar tiempo a Ucrania” para fortalecerse militarmente. Entre 2014 y 2021, alrededor de 14,000 personas murieron en los combates en el Donbás.
En diciembre de 2021, Putin propuso un tratado de garantías de seguridad con EE.UU., buscando la neutralidad de Ucrania. La Casa Blanca rechazó la propuesta, afirmando que la expansión de la OTAN no era asunto de Rusia.
En marzo de 2022, Ucrania y Rusia estuvieron cerca de un acuerdo de paz. Ucrania aceptó la neutralidad, y ambas partes intercambiaron documentos con la mediación de Turquía. Sin embargo, el Reino Unido intervino, advirtiendo a Ucrania contra la neutralidad y promoviendo la derrota de Rusia en el campo de batalla. Desde entonces, Ucrania ha perdido cientos de miles de vidas y está al borde del colapso.
El 14 de junio de 2024, Putin presentó su quinta oferta de negociación. Propuso la neutralidad de Ucrania, la protección de los derechos de los ciudadanos rusohablantes, el reconocimiento de nuevas realidades territoriales (incluyendo Crimea, Donetsk y Lugansk) y el levantamiento de las sanciones occidentales.
Es hora de que EE.UU. y Ucrania respondan con sus propias propuestas y comiencen las negociaciones. Negociar no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad. Como dijo Kennedy: “Nunca negocies por miedo, pero nunca temas negociar”.
La estrategia neoconservadora ha fracasado, acercándonos al Armagedón nuclear. Biden tiene una responsabilidad primordial: negociar, por el bien de Ucrania y del mundo.
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